No diga nada, señor,
Cuente la ignominia,
El hambre es una sombra de estómago,
Fantasma de muerte.
Los vemos salir de casa con el cristo en el pecho,
Van en busca de la presa.
Mientras tanto otros comen sentados a la mesa
Como pájaros de otros territorios.
Uno regresa golpeado
Y otro con la sombra de la sangre en el rostro.
En la puerta de casa
Unos niños lloran comida
Y el mundo sigue en la rueda suelta de la vida
Sin comprender el dilema.