En algún lugar de la tierra están los ojos ciegos del tigre, decía el nativo al experto cazador, si el tigre no ve, seguía contando el nativo, no se preocupe para nada. ¿Por qué?, preguntó el cazador. Él se orienta por el olor de la carne humana, dijo entre dientes el nativo. Preparé el arma y téngala lista para usarla de emergencia. El cazador no pudo hacerlo, el nativo era el tigre.
