Cualquier cosa los alborota. Ahora es la corraleja. Les aterra la muerte y la persiguen en las astas de un toro bravo. Me gustaría fantasear con jumentos y jolgorios de rosas. O quisiera exigirle al poema que diga que está cansado de lo mismo, que diga que hay piratas del verso en las esquinas, o que la vida vuela en el pico de un pájaro herido.
