
Presentación
No hay nada que se parezca tanto a uno como su garabateo, su lado bueno, o su lado malo gramatical, y esa manera particular de decir las cosas y de volar de bajo de las piedras como animal herido. Confieso que es un mínimo coagulo de la personalidad.
Y en esto no hay excusas para evadir la realidad ni esa cosa oscura llamada responsabilidad.
Uno es como es y punto. Y en esto soy irreductible y no santo, tal vez una especie de rebelde sin causa. Nada de Santos, Diablos ni Dioses. Y los escribo con mayúsculas para no herir las susceptibilidades de almas delicadas.
No busco impresionar ni causar ningún malestar, solo el garabateo y punto.
La cuarta hoja del trébol es una casa sin puertas ni ventanas, una playa para escribir y gritar lo que uno quiera y por supuesto, un espacio de aprendizajes y desaprendizajes. A veces y muchas veces, borrón y cuenta nueva. Columnas de opinión, poemas, crónicas, cuentos, fotografías, micros-relatos, comentarios y lo que esté al alcance de mis ojos y de mi entorno, no solo local, regional, o nacional, también mundial.
No todo será mío, porque nada es de uno. Porque la vida tampoco tiene dueño, aunque muchos valientes se la quiten, suicidándose. En algún momento caerás dicen los sabios. O como decía el peripatético Peter Altenberg: ni el nombre es de uno, porque no somos propietarios de nada.